Os exhorto hermanos, por la
misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva,
santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la
mente, para que sepáis discernir lo que es voluntad de Dios, lo
bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Fernando tercero, además de
conquistador victorioso, fue gobernante modelo. Fomentó la
restauración religiosa de España, en estrecha unión con el papa y
con la jerarquía eclesiástica española. Con celo incansable
promovió la organización de las sedes de Baeza-Jaén, Córdoba,
Sevilla, Badajoz y Mérida.
El aspecto más conocido y sobresaliente
de su reinado es la Reconquista, que quedó virtualmente terminada en
su tiempo. Protector de las ciencias y de las artes, la universidad
de Salamanca le debe el comienzo de su florecimiento, y las
catedrales de Burgos y Toledo lo proclaman mecenas de los artistas
cristianos.
En medio de las glorias del mundo, fue piadoso, generoso con los vencidos, humilde hasta penitenciarse en público, mortificado con cilicios, dado a la oración.
A la vida y a la acción de san Fernando podrían aplicarse perfectamente aquellas palabras de san Agustín en su carta a Donato, procónsul de África:
«¡Ojalá no se encontrara la Iglesia agitada por tan grandes aflicciones que tenga necesidad del auxilio de poder alguno temporal! Y puesto que eres tú el que socorres a la madre Iglesia, favoreciendo a sus sincerísimos hijos, ¿quién no verá que hemos recibido del cielo un no pequeño alivio en estas aflicciones, cuando un tal varón como tú, amantísimo del nombre de Cristo, ha ascendido a la dignidad real?»
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La revista católica "HERALDOS DEL EVANGELIO" en su numero de mayo de 2012 publica un interesante articulo titulado "San Fernando de Castilla" escrito por la Hna. Carmela Werner Ferreira, EP.