domingo, 20 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!» (Lc 1,42-43).

María está tan unida a Jesús porque él le ha dado el conocimiento del corazón, el conocimiento de la fe, alimentada por la experiencia materna y el vínculo íntimo con su Hijo. La Santísima Virgen es la mujer de fe que dejó entrar a Dios en su corazón, en sus proyectos; es la creyente capaz de percibir en el don del Hijo el advenimiento de la «plenitud de los tiempos» (Ga 4,4), en el que Dios, eligiendo la vía humilde de la existencia humana, entró personalmente en el surco de la historia de la salvación. Por eso no se puede entender a Jesús sin su Madre. Papa Francisco.-

La “Ilustrísima Universidad de Curas de Sevilla y Hermandad Sacerdotal de San Pedro ad Vincula” desea a todos los Pastores de la Iglesia Hispalense e Obispos, Presbíteros y Diáconos f una santa y feliz Navidad de Jesús.

En esta nueva “NAVIDAD” debemos acudir a contemplar el misterio de Belén con un corazón oferente y en actitud de adoración. El altar del Sacrificio eucarístico, al que servimos como sacerdotes, y el tabernáculo de la Presencia del Emmanuel, deben ser en estos días de Navidad nuestro verdadero “Belén viviente”.



Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres, también en el nuevo año 2016.

Convivencia - Convivencia de Navidad.
Lunes 4 de enero de 2016 - 12,30 - Casa Sacerdotal Santa Clara.
Oración, elección del Abad Mayor, convivencia y comida de Hermandad.

viernes, 11 de diciembre de 2015

¿Y QUIEN ES MI PRÓJIMO?


¿ Y quién es mi prójimo?
Jesús le respondió:
Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos bandidos. Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente pasó un sacerdote por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio un rodeo y siguió adelante. Luego pasó por allí un levita que al verlo dio también un rodeo y siguió adelante. Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de él.
Se le acercó, le curó las heridas con aceite y vino y se las vendó. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. 
Al día siguiente, el samaritano sacó dos denarios se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’ 
Pues bien, ¿cuál de aquellos tres te parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
El maestro de la ley contestó:
El que tuvo MISERICORDIA de él.
Jesús le dijo:
Ve, pues, y haz tú lo mismo